Perder una vez me obligó a soltar lo establecido. Caminar en la cuerda floja, me recordó salir al sol. Salir al sol, me quitó la neurosis de sentirme un ser doméstico. Dejar de ser doméstico, me devolvio a mi estado natural. Mi estado natural es salvaje, como un animal si me atrapás me escapo, si elijo quedarme niego mi existencia. Ser salvaje me volvió más auténtico. Auténtico, ya no había nada que temer. Ya no confundí miedo con inseguridad. Seguro, dejé todo lo que me hacía mal. Limpio, sano, comencé a superarme día a día. Creciendo de a poco se acerco la alegría. Tímidamente volví a la montaña, primero solo, después con amigos, después con los demás. Entonces volvío la fuerza, volvío la voluntad. Luego volvío el amor, y con él la esperanza, la creatividad. Estoy dibujando de nuevo.
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Que bueno, me encanta, yo pinte mi primer cuadro con oleos, que lindo es encontrarse con uno mismo y confiar...
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